Bandas Locales: Zé Pequeño presenta Umbral
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Con un primer demo, Umbral, agotado en un par de semanas, que tendrá su segunda edición próximamente, Zé Pequeño, la banda que toma su nombre del protagonista del filme Ciudad de Dios, está exultante.
Es que han logrado, a pulmón, un disco con siete pistas que suenan con energía y con la marca particular que le da la voz de su cantante, Leo Seguro. Un conjunto sonoro potente, con una base de batería arrasadora en conjunción con el bajo y con los matices y las texturas que aporta una guitarra versátil. La banda que se inició como un quinteto conformado por: José Imhoff en batería, Gabriel Piovano en bajo, Mario Botto en guitarra, Leandro Seguro y Cesar Giordana en voces y coros. Al tiempo se agregó Fabián Robledo en teclados. Luego de un corto período de ensayo, cambió la formación y se constituyó tal como se los conoce hoy en los escenarios rockeros sunchalenses.
Robledo participó en Umbral como músico invitado. Todos los Zé ya tenían antecedentes en otras bandas, en una rotación bastante habitual hasta que que confluyen las energías para conformar un grupo estable. Mario y Leo venían de tocar en La Dolly, José en Sismo y Ambar y Gabo en una banda Punk-Grounge llamada Crash. Aunque la música sea el motor que propulsa sus vidas, ninguno de los miembros de la banda se dedica exclusivamente porque, como es sabido, no paga para subsistir, al menos por estas latitudes, y cuando se esta arrancando. Imhoff es empleado del canal local, estudió cine en la ciudad de Córdoba, Seguro trabaja como empleado administrativo y actualmente se encuentro cursando las ultimas materias de la carrera de Contador ; Botto, Ingeniero en. Alimentos, trabaja en una empresa láctea de la zona y Piovano, el benjamín, está finalizando el secundario.
Llevan una especie de doble vida, con empleos formales y, en la vereda de enfrente, el rock. A pesar de ello, declaran los Zé: “Tal vez el lugar común de asociar rock con noche, desenfreno, distanciamiento de los patrones sociales aceptados lleve a pensar esta convivencia como una esquizofrenia, pero si la cuestión es analizada desde otro lugar, para que una banda suene bien, en estudio y en público, se requiere de un trabajo disciplinado, continuo y arduo. Entonces, tal vez, la caldera de la música se mantenga encendida más tiempo si las llamas del rock no arden furiosamente todo el tiempo.
Con respecto al estilo, resulta de la confluencia de la música que escucha cada uno de los integrantes y tampoco encuentran alguna banda con la cual identificarse. Afirman que las letras son una parte muy importante de la composición. Leyendo el conjunto de las canciones que componen Umbral podrían advertirse algunas líneas temáticas que se relacionan con la identidad, con el juego en que se determina eso que consentimos en llamar “yo”( me disfrazo de mi / y salgo corriendo hacia Constitución”, en Promesas; “ Ahora no sé muy bien donde estoy / esto parece una inmensa prisión”, En Depende de vos); lo doble también se manifiesta en Lo Artificial, canción destinada a ser un hit, si circulara por los canales adecuados para tal fin. Significados propios del género circulan libremente: la rabia, la mentira, el desengaño, la incertidumbre, aunque sorprende la crudeza caníbal de, justamente, La ira: “Tengo una idea áspera / cortarte en pedacitos / y prenderlos fuego”. Relumbran ciertos versos como “Lo complejo es no morder / el polvo que me muestre / tus hermosos defectos”, en la primera pista Tus efectos o “Una vida de cartón / con las alas de neón destrozadas”, en Mi protón. Alas de neón para un Ícaro noctámbulo que tal vez se queme con las luces del escenario pero que se pregunta “ ¿Cuál es el verdadero show?”.
Coinciden en la observación de que en Sunchales existen hoy una gran cantidad de nuevas formaciones tocando, pero se continúa con los mismos inconvenientes para exponer lo que hacen, ya sea por falta de apoyo, de lugares, etc. Por otra parte, también entienden que la movida se sostiene gracias a eventos independientes desarrollados por las mismas bandas, como el reciente Sunchales Rock, donde, lamentablemente Zé Pequeño se quedó sin tocar por un problema con el sonido, ya que era la banda que cerraría el ciclo que duró dos sábados consecutivos.
Como metafóricamente lo anuncia el nombre del demo, Zé Pequeño está en el Umbral, ¿ A punto de lanzarse a la pista, al ruedo, a las arenas musicales de una escena mas amplias que la local? Si, la idea de la banda es presentarlo aquí en Sunchales; próximamente estarán tocando en San Guillermo y es muy posible que vayan a la costa Argentina ( Mar Del Plata). También enviaron el demo a la Mega Rafaela para entrar en la selección del Pre-Cosquín. Así que, ahora toca esperar la presentación oficial, en enero seguramente.
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Con un primer demo, Umbral, agotado en un par de semanas, que tendrá su segunda edición próximamente, Zé Pequeño, la banda que toma su nombre del protagonista del filme Ciudad de Dios, está exultante.
Es que han logrado, a pulmón, un disco con siete pistas que suenan con energía y con la marca particular que le da la voz de su cantante, Leo Seguro. Un conjunto sonoro potente, con una base de batería arrasadora en conjunción con el bajo y con los matices y las texturas que aporta una guitarra versátil. La banda que se inició como un quinteto conformado por: José Imhoff en batería, Gabriel Piovano en bajo, Mario Botto en guitarra, Leandro Seguro y Cesar Giordana en voces y coros. Al tiempo se agregó Fabián Robledo en teclados. Luego de un corto período de ensayo, cambió la formación y se constituyó tal como se los conoce hoy en los escenarios rockeros sunchalenses.
Robledo participó en Umbral como músico invitado. Todos los Zé ya tenían antecedentes en otras bandas, en una rotación bastante habitual hasta que que confluyen las energías para conformar un grupo estable. Mario y Leo venían de tocar en La Dolly, José en Sismo y Ambar y Gabo en una banda Punk-Grounge llamada Crash. Aunque la música sea el motor que propulsa sus vidas, ninguno de los miembros de la banda se dedica exclusivamente porque, como es sabido, no paga para subsistir, al menos por estas latitudes, y cuando se esta arrancando. Imhoff es empleado del canal local, estudió cine en la ciudad de Córdoba, Seguro trabaja como empleado administrativo y actualmente se encuentro cursando las ultimas materias de la carrera de Contador ; Botto, Ingeniero en. Alimentos, trabaja en una empresa láctea de la zona y Piovano, el benjamín, está finalizando el secundario.
Llevan una especie de doble vida, con empleos formales y, en la vereda de enfrente, el rock. A pesar de ello, declaran los Zé: “Tal vez el lugar común de asociar rock con noche, desenfreno, distanciamiento de los patrones sociales aceptados lleve a pensar esta convivencia como una esquizofrenia, pero si la cuestión es analizada desde otro lugar, para que una banda suene bien, en estudio y en público, se requiere de un trabajo disciplinado, continuo y arduo. Entonces, tal vez, la caldera de la música se mantenga encendida más tiempo si las llamas del rock no arden furiosamente todo el tiempo.
Con respecto al estilo, resulta de la confluencia de la música que escucha cada uno de los integrantes y tampoco encuentran alguna banda con la cual identificarse. Afirman que las letras son una parte muy importante de la composición. Leyendo el conjunto de las canciones que componen Umbral podrían advertirse algunas líneas temáticas que se relacionan con la identidad, con el juego en que se determina eso que consentimos en llamar “yo”( me disfrazo de mi / y salgo corriendo hacia Constitución”, en Promesas; “ Ahora no sé muy bien donde estoy / esto parece una inmensa prisión”, En Depende de vos); lo doble también se manifiesta en Lo Artificial, canción destinada a ser un hit, si circulara por los canales adecuados para tal fin. Significados propios del género circulan libremente: la rabia, la mentira, el desengaño, la incertidumbre, aunque sorprende la crudeza caníbal de, justamente, La ira: “Tengo una idea áspera / cortarte en pedacitos / y prenderlos fuego”. Relumbran ciertos versos como “Lo complejo es no morder / el polvo que me muestre / tus hermosos defectos”, en la primera pista Tus efectos o “Una vida de cartón / con las alas de neón destrozadas”, en Mi protón. Alas de neón para un Ícaro noctámbulo que tal vez se queme con las luces del escenario pero que se pregunta “ ¿Cuál es el verdadero show?”.
Coinciden en la observación de que en Sunchales existen hoy una gran cantidad de nuevas formaciones tocando, pero se continúa con los mismos inconvenientes para exponer lo que hacen, ya sea por falta de apoyo, de lugares, etc. Por otra parte, también entienden que la movida se sostiene gracias a eventos independientes desarrollados por las mismas bandas, como el reciente Sunchales Rock, donde, lamentablemente Zé Pequeño se quedó sin tocar por un problema con el sonido, ya que era la banda que cerraría el ciclo que duró dos sábados consecutivos.
Como metafóricamente lo anuncia el nombre del demo, Zé Pequeño está en el Umbral, ¿ A punto de lanzarse a la pista, al ruedo, a las arenas musicales de una escena mas amplias que la local? Si, la idea de la banda es presentarlo aquí en Sunchales; próximamente estarán tocando en San Guillermo y es muy posible que vayan a la costa Argentina ( Mar Del Plata). También enviaron el demo a la Mega Rafaela para entrar en la selección del Pre-Cosquín. Así que, ahora toca esperar la presentación oficial, en enero seguramente.
Escrito por Carina Radilov y extraido de http://www.primerosunchales.com.ar/
M.a.d.
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